“Ay, tienes un pelo largo precioso” “Chaaance, tienes unos rizos preciosos” “Mi pelo rizado está seco, me entristece”… Muchas de nosotras escuchamos estas expresiones, incluso para ser el emisor. Hoy los invitamos a liberarse de estos juicios de valor que solo nos dividen.
En los años 2000 surge el movimiento Nappy (Natural Hair Movement) con el objetivo de reconciliarnos con nuestro cabello texturizado, principalmente para aliviarnos de nuestro cabello encrespado.
Este complejo es un trauma ligado a parte de la historia de un pueblo que durante siglos ha sido esclavizado con todo lo que eso implica. A esto se suman años de opresión en el marco de sistemas instituidos e institucionalizados (Ley Jim Crow, Apartheid, etc.) ⚖️ que han evolucionado en forma de racismo contemporáneo y ordinario que se traduce, entre otras cosas, en comentarios contra el frizz. pelo (el sonido de las perlas en el pelo de una niña que “moletea” en el aula, la “falta de profesionalidad” de un peinado…).
Este movimiento aspiraba a recuperar nuestra confianza, a aceptar nuestro cabello, a unirnos en torno al amor propio. Sin embargo, el famoso peluquero André Walker ha establecido una clasificación del cabello:
• pelo liso tipo 1: ➖ de 1A a 1C
• cabello ondulado tipo 2: 〰️ de 2A a 2C
• cabello rizado tipo 3: ➰ de 3A a 3C
• cabello encrespado tipo 4: ➿ de 4A a 4C
Aquí es donde radica el problema. Sí a encontrarse en las grandes familias de pelo (liso, rizado, crespo) pero NO a la jerarquía del 1 al 4 y a estas variaciones de la A a la C.
Si muchas veces hablamos de colorismo, que se refiere a la discriminación basada en diferentes tonos de piel, apuntando principalmente a las pieles oscuras; el texturismo retoma este mismo proceso. El texturismo es, por tanto, la discriminación contra el cabello encrespado. Se aprecia más el cabello que se acerca a los estándares euro-occidentales.
Valora TODOS los tipos de cabello. ¡Lo que importa no es el rizo perfecto sino un cabello saludable!